Historia

La Historia. El legado patrimonial

Desde el Paleolítico inferior hasta nuestros días, el ser humano ha vivido y trabajado en estos territorios.

De su antigüedad prehistórica dan fe de los numerosos vestigios hallados en lugares como el Cerro Fortaleza en Fuente Álamo, el Cerro de la Cantera en Ontur, el Castellón en Albatana, el Castellar en Tobarra o el Tolmo de Minateda en Hellín. Buena parte de este legado se encuentra en el Museo Comarcal de Hellín, un interesante edificio de arquitectura modernista, que completa su contenido con una amplia representación de etnografía y cultura popular.

Pero, comencemos por el principio. Haga con nosotros un paseo por una historia, que bien pudo empezar hace 10.000 años. Desde remotos tiempos hasta la modernidad.

En el Abrigo grande de Minateda, nuestros antecesores milenarios dejaron constancia de su arte. Las Pinturas rupestres de Minateda componen un amplio panel con cerca de 400 figuras fechadas entre 6.000 y 1.500 años a. de C.. Compendio del arte levantino y esquemático, formando parte del arco mediterráneo de pinturas rupestres, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En el Cerro de los Almadenes, controlando el cañón del mismo nombre, descubrimos un interesante yacimiento ibérico del siglo VI antes de Cristo. Situación privilegiada con unas espectaculares vistas al pantano de Camarillas y sus entornos. En las cercanías de Cañada de Agra, la necrópolis ibérica de Loma Eugenia, cuyas tumbas acogieron los restos de príncipes y caballeros del siglo II antes de C.

El yacimiento que constituye el más importante legado de nuestra antigüedad es, sin duda, el Tolmo de Minateda, y en el que más riqueza monumental se nos ofrece. En proceso de declaración de parque arqueológico, el Tolmo reúne más de 2.500 años de historia. Desde la Edad del Bronce, íberos, romanos y visigodos han dejado en este montículo, situado en un enclave de alto valor estratégico, sus señas de identidad. Las excavaciones que desde hace años vienen realizándose sistemáticamente, nos sorprenden de continuo con nuevos hallazgos. Es el Tolmo uno de los lugares mas peculiares de la antigüedad en Albacete y, seguramente, el más importante yacimiento arqueológico de todo el sureste español. El camino tallado en la roca de acceso a la ciudadela, las murallas de distinta época que defendían la única entrada posible, cisternas, almazaras, enterramientos, restos de edificios monumentales. El más importante y espectacular hallazgo es sin duda la basílica visigoda, perteneciente al Condado de Teodomiro, de tres naves y ábside semicircular, con toda una serie de dependencias anejas, entre ellas la pila bautismal. En definitiva, un enclave cultural y turístico de singular relevancia.

En el valle del Tesorito, dando vistas al pantano de Camarillas, se encuentra el eremitorio visigodo e islámico de la Camareta, habitáculo excavado en la roca, con grabados de diversa cronología en sus paredes.

Cercano a la localidad de Tobarra, horadando el cerro de la Muela, el eremitorio de Alborajico nos muestra una amplia sala, con vestigios de la vida de la época.

El extenso período árabe en la península tuvo una importante presencia en la comarca, donde se levantaros diversos castillos y fortalezas, orígenes de las actuales Hellín y Tobarra.

El Castellar, entre las pedanías tobarreñas de Sierra y Cordobilla, muestra los restos de una fortaleza medieval, en lo alto de una atalaya, donde aún se conserva la torre principal, aljibes para almacenamiento de agua y algunos paños de murallas. La vista se pierde en un típico paisaje comarcal.

La ciudad antigua de Hellín se organiza en torno a la fortaleza almohade del Cerro del Castillo.

No se pierda el paseo por el barrio árabe y su judería. Una trama urbana tejida por callejuelas frescas y estrechas y callejones sin salida, los «adarves», conforman un casco histórico que ofrece al paseante un ambiente sugestivo y acogedor.

Reafirmando su presencia en la zona, la torre de Isso (hoy en proceso de rehabilitación) nos atestigua la existencia de otra fortaleza almohade, en la cercana pedanía hellinera.

De igual origen árabe es la trama urbana de Tobarra, extendiéndose al pié de una fortaleza enclavada en el cerro de la Encarnación, con una excelente panorámica del pueblo y sus huertas.

El comienzo del Renacimiento nos deja un importante legado arquitectónico religioso. La Iglesia Parroquial de la Asunción de Hellín, comenzada a construir en 1499, supone una clara muestra de la transición del Gótico tardío al Renacimiento clasicista. Es sin duda uno de los más bellos y majestuosos templos de la provincia.

Completando las muestras de arquitectura religiosa de Hellín, a pocos pasos del templo anterior, casi en la cima del barrio árabe y aneja a las antiguas murallas del castillo se encuentra la ermita del Rosario, templo de arquitectura ecléctica, de influencia neogriega, que alberga a la patrona de la ciudad. Su fachada principal y torre fueron diseñadas por Justo Millán, uno de los más soberbios arquitectos del sureste español. Destaca en su interior el camarín de la Virgen, por la hermosura e ingenuidad de sus pinturas.

Descendiendo del casco antiguo, llegamos al Convento de los Franciscanos, obra del siglo XVI, levantado en lo que fue el extrarradio de la ciudad renacentista. De arquitectura sencilla, guarda en su interior una bellísima Inmaculada de la escuela de Salzillo, en un camarín ricamente decorado. No deje de admirar la techumbre de la nave principal del templo.

Fechado en el siglo XVII es el Convento de las Claras, en la plazuela del mismo nombre, hoy convertido en casa de la cultura. La portada de su capilla fue diseño del D. Justo Millán.

La iglesia de Santiago Apóstol, en Isso, nos ofrece un interesante retablo pintado al «trampantojo» por Pablo Sístori.

En Tobarra, lo primero en destacar al acercarnos a la villa es la ermita de la Encarnación, comenzada a construir en el siglo XVI, con ricos artesonados mudéjares en su interior. Allí se veneran Nuestra Señora de la Encarnación y el Santísimo Cristo de la Antigua. La Iglesia de la Asunción de Tobarra es un interesante ejemplo de estilo renacentista español, con planta gótica.

Sumamente interesante es la visita a la iglesia de la Purísima, donde en la actualidad se alberga el Museo del Tambor, único en Europa.

En Albatana, preside la Plaza del Ayuntamiento la Iglesia neoclásica de San Ildefonso, de una sola nave, con portada adintelada y campanario adosado.

El pueblo de Ontur se extiende a los pies de la ermita de San José, sobre un montículo que revela su presencia desde la lejanía. La irregular traza urbana de esta localidad posee indudable atractivo.

En Fuente Álamo destaca su iglesia de San Dionisio Areopagita, en el punto central de la población, con una cúpula decorada por el pintor murciano Muñoz Barberán.

Pero no sólo son iglesias lo que conforman el patrimonio edificado de la comarca.

Numerosos edificios de diversas épocas con fachadas y portadas de verdadero realce arquitectónico, hablan elocuentemente de las distintas etapas, clases sociales y expresiones artísticas que han configurado la cultura de la comarca.

Una curiosísima construcción, por lo singular y atípica es la Torre del Reloj de Tobarra.

Con cuatro esferas horarias orientadas a los cuatro puntos cardinales. Fue mandada construir, a principios del pasado siglo, por un alcalde de la localidad, para servir de información a los agricultores que realizaban sus faenas en las huertas cercanas.

En las proximidades de Albatana se localiza una de las obras hidráulicas más peculiares de la provincia de Albacete: el Acueducto del Molino de Arriba, fechado en el siglo XVIII, con más de 400 m de longitud, y todavía en servicio. Está declarado Bien de Interés Cultural.

La pedanía hellinera de Las Minas es una interesante muestra de arqueología industrial. Se trata de un poblado de remotos principios, cercano a la desembocadura del río Mundo en el Segura, relacionado con la extracción del azufre desde los tiempos de los romanos, la explotación del mineral cesó en la década de los años 50 del siglo pasado, quedando como testigos pozos, galerías y hornos, y un conjunto de viviendas semirrupestres, cobijo de los trabajadores de las minas.

Uno de los recursos lúdico-deportivos más singulares de la comarca es el Aeródromo de Ontur. Está dotado de una pista asfaltada de 1.200 metros de longitud por 6 de anchura y dotado de su correspondiente hangar, servicio de combustible, bungalows, zona de acampada, etc., lo que unido a sus especiales condiciones climáticas, excepcionales para la práctica del vuelo sin motor, le hace estar altamente valorado por especialistas de toda Europa.